En nuestra casa o en casa de nuestros padres, todos tenemos un cajón lleno de fotografías antiguas. Muy desordenado y con muchas fotos: metidas en sobres de color crema de los años mozos de nuestros abuelos, de la primera comunión de nuestra hermana mayor, de aquel viaje de fin de curso de BUP e incluso alguna más reciente con alguna expareja a la que queremos olvidar. El destino de esas instantáneas no suele ser demasiado prometedor porque la opción de escanearlas es desesperadamente lenta, así que lo mejor que les puede pasar es que se queden acumulando polvo en el mismo cajón. No es demasiado prometedor, decía, hasta que ha llegado Photo Scan.
Photo Scan es una aplicación que Google acaba de lanzar al mercado y que, básicamente, digitaliza todas esas fotografías antiguas a través del smartphone en un tiempo muy inferior al que tardaríamos en escanearlas. De hecho, por cada escaneo es probable que podamos digitalizar unas cinco instantáneas.
Cómo funciona Photo Scan
La sencillez es la receta del éxito de esta aplicación. Para escanear una fotografía antigua, basta con que encuadres la imagen en la pantalla con el teléfono y te muevas para capturar los cuatro puntos blancos que aparecen sobre la fotografía. Photo Scan se encargará de montar la imagen y llevarla a la biblioteca de tu teléfono, en principio, libre de los molestos reflejos (del flash) que tendría si hicieras tú mismo, valga la redundancia, una foto a la foto. Además, la aplicación corrige las deformaciones de la perspectiva, elimina también los reflejos de la luz artificial y ajusta los colores y la exposición.
Photo Scan se presenta con este simpático vídeo:
Photo Scan es gratis tanto para Android como para iOS y, aunque todavía no cuenta con demasiadas reviews, te garantizamos que funciona muy bien a la espera de algunas mejoras en la resolución final de las fotos.
Claro que, viendo alguna de las instantéaneas que se hacían en los 80 (o 90), viendo esos peinados imposibles y ese vestuario tan difícil de entender, la pregunta no será cómo escanearlas, sino: ¿es realmente necesario?
