No siempre es sencillo diagnosticar el problema y dar con la solución
Cuando todo funciona bien, no reparamos en la cantidad de configuraciones y tecnologías que intervienen en nuestra conexión a Internet o enlace WiFi. Sin embargo, cuando falla, no siempre es sencillo diagnosticar el problema exacto y dar con la solución.
Fallos en la conexión a internet
Síntoma 1. Parpadea la luz de sincronización
Si no podemos navegar por Internet, una de las causas más típicas es que nuestro router sea incapaz de sincronizar la señal ADSL con la central telefónica. En este caso, veremos cómo la luz frontal del enrutador, que indica el estado de la línea, parpadea lentamente o directamente se encuentra apagada.
Ante ello, lo primero será reiniciar el router y esperar en torno a 1-2 minutos. En caso de que no se resuelva el problema, comenzaremos por verificar nuestro cableado interno, comprobando que tenemos el cable telefónico bien conectado y que cada teléfono o dispositivo de casa conectado a la línea telefónica (alarmas, descodificadores, etc.) tienen su propio microfiltro.
Eso sí, siempre tendremos en cuenta que no puede haber más de tres microfiltros en total sobre la misma instalación; de lo contrario, también areciaremos diferentes fallos. Si esto tampoco funciona, podemos probar a desconectar todos los teléfonos y microfiltros de la línea doméstica e ir conectando uno a uno para descartar que alguno de ellos estuviera causando el fallo.
Si durante el proceso anterior descubrimos que no tenemos línea activa (no hay tono de llamada), lo más probable es tengamos un problema en el propio cableado de la vivienda o en alguna de las cajas o líneas que traen el servicio hasta nuestra casa. En esta tesitura, habrá que llamar a nuestro operador para que lo revise, aunque antes estaría bien localizar el PTR (una pequeña caja gris que se instala en el punto de entrada a nuestra vivienda y que cuenta con un conector telefónico situado tras una tapa corredera) e intentar conectar ahí directamente un teléfono o router para comprobar si el problema es interno o externo a nuestra vivienda.
Síntoma 2. La línea ADSL sufre cortes frecuentes
Muchos usuarios de banda ancha ADSL se quejan de cortes regulares en sus conexiones a Internet. Esta clase de fallos son atribuibles, por lo general, a un cableado deficiente con una gran atenuación o a que nuestra vivienda está demasiado alejada de la central.
Un síntoma claro de que tenemos mucho ruido en la línea es que el router tarde demasiado en sincronizar con la central, haciendo que la luz de ADSL parpadee lentamente durante más de 30-45 s hasta lograr la sincronización. Esto significa que nuestra conexión no es de muy buena calidad, lo que provoca una línea ADSL inestable que puede perder el enlace con la central en cuanto se produce algún tipo de microcorte o ruido superior al habitual.
La razón fundamental de esto es un cableado interno de baja calidad, conexiones mal hechas en algún punto de la instalación y, en no pocos casos, una conexión deficiente en la caja de conexiones del edificio, líneas defectuosas o muy antiguas. También puede deberse a una excesiva distancia de la central. De hecho, más allá de los 3 Km las cosas se complican mucho para tener una ADSL estable.
Por otro lado, algunos routers son muy «optimistas», intentando siempre sincronizar al máximo posible en líneas con mucha atenuación. El problema es que, si la velocidad de sincronización es demasiado alta, se pueden producir caídas y cortes que obligan a reiniciar el router o resincronizarlo cada pocos minutos. Otros modelos, en cambio (como los Zyxel de Telefonica, por ejemplo), son bastante más comedidos y sincronizan a velocidades inferiores a la límite, lo que ofrece un funcionamiento más estable y seguro.
La solución a estos fallos a veces es solo cuestión de cambiar el router. Pero en otras exige revisar la instalación de cable de nuestro hogar o edificio. En los casos en los que no haya una medida fácil, lo más sensato pasa por pedir a nuestro operador que nos baje la velocidad de la línea a otra inferior.
Síntoma 3. La línea sincroniza a baja velocidad
Otro problema clásico con las líneas ADSL es que la velocidad de sincronización del router (y por tanto la de navegación) sea muy inferior a la contratada. En este caso es interesante acceder a la configuración de nuestro router para visualizar la velocidad real a la que está sincronizando.
Salvo en las líneas de «hasta 20 Mbps», cuya velocidad máxima rara vez se alcanza, hay que comprobar que no estamos sincronizando por debajo de la velocidad contratada (por ejemplo, a 8.000 Kbps, cuando es una ADSL de 10 Mbps), tanto de subida como de bajada.
Cuando esto sucede, las causas pueden ser comunes a las de los síntomas anteriores y, de ellas, la más habitual es una distancia excesiva de la central. Sea como fuere, la consecuencia es la atenuación de nuestra línea; y cuanto más distante está de la central mayor atenuación.
Solventar este escollo resulta harto complicado, pues implica revisar todo el cableado interno o, aunque no es nada fácil, lograr que nuestro operador compruebe el cableado telefónico externo que llega hasta nuestra vivienda.
Síntoma 4. El router está desconfigurado
Si necesitamos cambiar nuestro router ADSL por cualquier causa, puede que la configuración del nuevo dispositivo se nos presente muy cuesta arriba. A la gran mayoría de usuarios, el hecho de configurar un enrutador ADSL partiendo de cero les suele parecer una tarea compleja. Sin embargo, es fácil si disponemos de los datos correctos y un poco de experiencia.
El principal problema es que muchos operadores son reacios o poco colaborativos a la hora de indicar los datos básicos como el VPI/VCI sin más. Prefieren que instales las aplicaciones de configuración propias de sus routers, de manera que puedan sortear problemas e incidencias adicionales.
Si nuestro proveedor de acceso es de los reticentes, no importa, Internet es un excelente lugar para encontrar los datos que necesitemos. Sitios como ADSLAyuda recopilan la información de la mayoría de los operadores nacionales, e incluso ofrecen tutoriales de configuración manual de los routers más habituales.
Síntoma 5. Unas páginas van y otras no
En muchas ocasiones, sufrimos una exasperante una lentitud a la hora de resolver la dirección de una página. Otras, detectamos problemas para acceder a direcciones concretas (como webs internacionales). En ambas situaciones, cabe la posibilidad de que nuestro operador tenga algún tipo de problema en el enrutado de direcciones externas. También es posible que la inicidencia se sitúe en los servidores DNS que estemos utilizando en nuestra configuración de red Windows para resolver las direcciones web.
Un simple cambio de los servidores DNS que nos asigna por defecto el router o el operador puede mejorar los tiempos de acceso o eliminar problemas de conectividad a ciertos servicios o webs. Para ello, una buena opción es utilizar un servicio de DNS como OpenDNS, que nos proporcionará la dirección 208.67.222.222 como DNS primario y 208.67.220.220 como DNS secundario. Con ello, lograremos un funcionamiento extremadamente fiable y ventajas adicionales, como impedir el acceso a páginas clasificadas como fuentes de malware.
Para cambiarlos en Windows 7, habrá que acudir a Inicio/Panel de Control/Redes Internet/Centro de redes y recursos compartidos. Luego, haremos clic en la columna izquierda sobre la opción Cambiar la configuración del adaptador.
A continuación, veremos una ventana donde, tras hacer clic con el botón derecho del ratón sobre el adaptador WiFi o de cable que usamos para conectarnos a Internet, elegiremos Propiedades. Después, iremos a Protocolo de Internet versión 4 (TCP/IP), y pincharemos en Propiedades. Nos aparecerá una nueva ventana, en la que, en la parte inferior, insertar los servidores DNS de manera manual.
Cuando todo funciona bien, no reparamos en la cantidad de configuraciones y tecnologías que intervienen en nuestra conexión a Internet o enlace WiFi. Sin embargo, cuando falla, no siempre es sencillo diagnosticar el problema exacto y dar con la solución.
Fallos en la conexión a internet
Síntoma 1. Parpadea la luz de sincronización
Si no podemos navegar por Internet, una de las causas más típicas es que nuestro router sea incapaz de sincronizar la señal ADSL con la central telefónica. En este caso, veremos cómo la luz frontal del enrutador, que indica el estado de la línea, parpadea lentamente o directamente se encuentra apagada.
Ante ello, lo primero será reiniciar el router y esperar en torno a 1-2 minutos. En caso de que no se resuelva el problema, comenzaremos por verificar nuestro cableado interno, comprobando que tenemos el cable telefónico bien conectado y que cada teléfono o dispositivo de casa conectado a la línea telefónica (alarmas, descodificadores, etc.) tienen su propio microfiltro.
Eso sí, siempre tendremos en cuenta que no puede haber más de tres microfiltros en total sobre la misma instalación; de lo contrario, también areciaremos diferentes fallos. Si esto tampoco funciona, podemos probar a desconectar todos los teléfonos y microfiltros de la línea doméstica e ir conectando uno a uno para descartar que alguno de ellos estuviera causando el fallo.
Si durante el proceso anterior descubrimos que no tenemos línea activa (no hay tono de llamada), lo más probable es tengamos un problema en el propio cableado de la vivienda o en alguna de las cajas o líneas que traen el servicio hasta nuestra casa. En esta tesitura, habrá que llamar a nuestro operador para que lo revise, aunque antes estaría bien localizar el PTR (una pequeña caja gris que se instala en el punto de entrada a nuestra vivienda y que cuenta con un conector telefónico situado tras una tapa corredera) e intentar conectar ahí directamente un teléfono o router para comprobar si el problema es interno o externo a nuestra vivienda.
Síntoma 2. La línea ADSL sufre cortes frecuentes
Muchos usuarios de banda ancha ADSL se quejan de cortes regulares en sus conexiones a Internet. Esta clase de fallos son atribuibles, por lo general, a un cableado deficiente con una gran atenuación o a que nuestra vivienda está demasiado alejada de la central.
Un síntoma claro de que tenemos mucho ruido en la línea es que el router tarde demasiado en sincronizar con la central, haciendo que la luz de ADSL parpadee lentamente durante más de 30-45 s hasta lograr la sincronización. Esto significa que nuestra conexión no es de muy buena calidad, lo que provoca una línea ADSL inestable que puede perder el enlace con la central en cuanto se produce algún tipo de microcorte o ruido superior al habitual.
La razón fundamental de esto es un cableado interno de baja calidad, conexiones mal hechas en algún punto de la instalación y, en no pocos casos, una conexión deficiente en la caja de conexiones del edificio, líneas defectuosas o muy antiguas. También puede deberse a una excesiva distancia de la central. De hecho, más allá de los 3 Km las cosas se complican mucho para tener una ADSL estable.
Por otro lado, algunos routers son muy «optimistas», intentando siempre sincronizar al máximo posible en líneas con mucha atenuación. El problema es que, si la velocidad de sincronización es demasiado alta, se pueden producir caídas y cortes que obligan a reiniciar el router o resincronizarlo cada pocos minutos. Otros modelos, en cambio (como los Zyxel de Telefonica, por ejemplo), son bastante más comedidos y sincronizan a velocidades inferiores a la límite, lo que ofrece un funcionamiento más estable y seguro.
La solución a estos fallos a veces es solo cuestión de cambiar el router. Pero en otras exige revisar la instalación de cable de nuestro hogar o edificio. En los casos en los que no haya una medida fácil, lo más sensato pasa por pedir a nuestro operador que nos baje la velocidad de la línea a otra inferior.
Síntoma 3. La línea sincroniza a baja velocidad
Otro problema clásico con las líneas ADSL es que la velocidad de sincronización del router (y por tanto la de navegación) sea muy inferior a la contratada. En este caso es interesante acceder a la configuración de nuestro router para visualizar la velocidad real a la que está sincronizando.
Salvo en las líneas de «hasta 20 Mbps», cuya velocidad máxima rara vez se alcanza, hay que comprobar que no estamos sincronizando por debajo de la velocidad contratada (por ejemplo, a 8.000 Kbps, cuando es una ADSL de 10 Mbps), tanto de subida como de bajada.
Cuando esto sucede, las causas pueden ser comunes a las de los síntomas anteriores y, de ellas, la más habitual es una distancia excesiva de la central. Sea como fuere, la consecuencia es la atenuación de nuestra línea; y cuanto más distante está de la central mayor atenuación.
Solventar este escollo resulta harto complicado, pues implica revisar todo el cableado interno o, aunque no es nada fácil, lograr que nuestro operador compruebe el cableado telefónico externo que llega hasta nuestra vivienda.
Síntoma 4. El router está desconfigurado
Si necesitamos cambiar nuestro router ADSL por cualquier causa, puede que la configuración del nuevo dispositivo se nos presente muy cuesta arriba. A la gran mayoría de usuarios, el hecho de configurar un enrutador ADSL partiendo de cero les suele parecer una tarea compleja. Sin embargo, es fácil si disponemos de los datos correctos y un poco de experiencia.
El principal problema es que muchos operadores son reacios o poco colaborativos a la hora de indicar los datos básicos como el VPI/VCI sin más. Prefieren que instales las aplicaciones de configuración propias de sus routers, de manera que puedan sortear problemas e incidencias adicionales.
Si nuestro proveedor de acceso es de los reticentes, no importa, Internet es un excelente lugar para encontrar los datos que necesitemos. Sitios como ADSLAyuda recopilan la información de la mayoría de los operadores nacionales, e incluso ofrecen tutoriales de configuración manual de los routers más habituales.
Síntoma 5. Unas páginas van y otras no
En muchas ocasiones, sufrimos una exasperante una lentitud a la hora de resolver la dirección de una página. Otras, detectamos problemas para acceder a direcciones concretas (como webs internacionales). En ambas situaciones, cabe la posibilidad de que nuestro operador tenga algún tipo de problema en el enrutado de direcciones externas. También es posible que la inicidencia se sitúe en los servidores DNS que estemos utilizando en nuestra configuración de red Windows para resolver las direcciones web.
Un simple cambio de los servidores DNS que nos asigna por defecto el router o el operador puede mejorar los tiempos de acceso o eliminar problemas de conectividad a ciertos servicios o webs. Para ello, una buena opción es utilizar un servicio de DNS como OpenDNS, que nos proporcionará la dirección 208.67.222.222 como DNS primario y 208.67.220.220 como DNS secundario. Con ello, lograremos un funcionamiento extremadamente fiable y ventajas adicionales, como impedir el acceso a páginas clasificadas como fuentes de malware.
Para cambiarlos en Windows 7, habrá que acudir a Inicio/Panel de Control/Redes Internet/Centro de redes y recursos compartidos. Luego, haremos clic en la columna izquierda sobre la opción Cambiar la configuración del adaptador.
A continuación, veremos una ventana donde, tras hacer clic con el botón derecho del ratón sobre el adaptador WiFi o de cable que usamos para conectarnos a Internet, elegiremos Propiedades. Después, iremos a Protocolo de Internet versión 4 (TCP/IP), y pincharemos en Propiedades. Nos aparecerá una nueva ventana, en la que, en la parte inferior, insertar los servidores DNS de manera manual.